En Barranquilla, la Puerta de Oro de Colombia, se llevó a cabo del 15 al 21 de marzo la 61ª Asamblea de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo- BID.

La hospitalidad, alegría y calor humano de los Barranquilleros se convirtió en el escenario propicio para que el Presidente del BID, Mauricio Claver-Carone, y la Asamblea de Gobernadores, máxima autoridad del organismo multilateral, presentaran la visión 2025 y delinearan la ruta para una nueva capitalización de la entidad.

El papel del BID en la región resulta clave en los actuales momentos, donde los países miembros prestatarios requieren del apoyo y acompañamiento del organismo multilateral para atender las necesidades presentes en la sociedad y la economía, surgidas a raíz de la pandemia del COVID-19.

El incremento del endeudamiento, la reducción del recaudo y la contracción aproximada del 8% en 2020, plantean un reto de significativa importancia para la recuperación sostenible andina y global, que requiere de políticas públicas consensuadas, leyes con adecuado equilibrio socio económico, y sobre todo la solidaridad del conglomerado internacional.

La destacable decisión del BID, orientada a asumir un rol protagónico en la construcción de una década de oportunidades genera un respaldo trascendental para lograr la recuperación sostenible en lo social, ambiental y económico.

El rol protagónico del organismo multilateral inició con acciones concretas, como se evidencia en el crédito otorgado a Barranquilla por 250 millones de dólares, que serán utilizados para dar continuidad al desarrollo sostenible que vive la ciudad, y lograr así convertirse en la primera Biodiverciudad de Colombia en el marco del proyecto de renovación urbana BAQ 100.

De la mano con las buenas noticias para Barranquilla, se anunció en el marco de la Asamblea la destinación de recursos importantes para la adquisición de vacunas. Así mismo, se presentó la iniciativa de las Amazonas, a través de la cual se propende, entre otras, por la gestión sostenible de los bosques, la agricultura y la ganadería.

Sumado a lo anterior, en las diversas socializaciones que tuvieron lugar en la Asamblea, se abordaron temas de vital trascendencia, como la necesidad de avanzar en la economía digital; profundizar en la integración regional; la importancia de la inclusión en la recuperación y el papel relevante del sector privado en la reactivación sostenible.

Especial atención merece la importancia dada por el BID al Nearshoring, que considera como una gran oportunidad para América Latina en el camino de la recuperación, teniendo en cuenta la potencialidad de atracción de Inversión Extranjera Directa-IED que tienen los procesos de relocalización.

Frente al Nearshoring, es de destacar que Colombia y particularmente Barranquilla, ciudad anfitriona de la Asamblea, cuenta con una ubicación privilegiada en la ribera occidental del Río Magdalena, cerca al Mar Caribe, que la convierte en un punto estratégico de conexión, con marcada vocación portuaria y exportadora, zonas francas, parques industriales y un recurso humano altamente calificado, que le ha permitido a lo largo del tiempo, ser una ciudad atractiva y de brazos abiertos para la ubicación de grandes proyectos de inversión.

La amplia red de acuerdos comerciales y la protección de la IED, son elementos que garantizan la estabilidad jurídica para los inversores extranjeros que encuentran en Colombia y Barranquilla un territorio de oportunidades.

A lo anterior, se suma la homogénea política comercial adoptada desde el año 1991 con ocasión de la apertura económica y la promulgación de la nueva Constitución, que dio paso a la inserción gradual y organizada de Colombia al entorno internacional, permitiéndole al país generar un escenario de confianza global para participar activamente en organismos rectores supranacionales como la OCDE, OMA, OMC, BID, entre otros.

En la actualidad, la política de integración comercial no sólo se mantiene incólume, sino que se encuentra fortalecida a partir del impulso dado por el Gobierno Nacional a instrumentos como las mega inversiones, zonas francas 4.0, e-commerce, exportación de servicios, programas plan vallejo express, entre otros, que hacen de Colombia y Barranquilla un lugar idóneo para la relocalización empresarial.

Bajo este contexto, el desarrollo sostenible que ha tenido la ciudad, sumado a su proyección de futuro, nos llena de orgullo a todos los Barranquilleros y Colombianos, pero es claro que aún queda un camino largo por transitar, que requiere de apoyos multilaterales, como el otorgado por el BID, al confiar en Barranquilla para llevar a cabo su Asamblea 61ª.

El futuro se muestra prometedor. De las grandes crisis surgen las grandes proezas, y en esta ocasión no será la excepción, por lo que estoy convencido que juntos como sociedad global lograremos construir un mundo mejor POSCOVID-19.

Un Abrazo.

Erwin